ADICCIÓN A SUSTANCIAS QUÍMICAS: ¿ENFERMEDAD PRIMARIA O SÍNTOMA PSICOANALÍTICO?

Al explicar esta definición, se plantea que con enfermedad se quiere enfatizar que se trata de una entidad discreta que implica una discapacidad involuntaria, y que no dispensa de responsabilidad en un sentido legal. En este punto resalta la contradicción entre involuntariedad y responsabilidad del sujeto. Con primaria se refiere al alcoholismo como una entidad distinta de otros estados fisiopatológicos, y que no es un síntoma de una enfermedad a la base. Con esto, evidentemente, se está marcando una diferencia con aproximaciones que coloquen causas psíquicas a la base. El muchas veces progresiva y fatal, se explica diciendo que se mantiene en el tiempo y que los problemas asociados a ella podrían irse incrementando. Hay que destacar la relativización involucrada en el muchas veces de la definición. Finalmente, la falta de control la definen como la incapacidad de limitar consistentemente ya sea, la duración del episodio de consumo, la cantidad de alcohol consumido y/o las consecuencias conductuales de este consumo. Aquí es necesario poner la atención en el consistentemente, ya que esa manera de plantearlo abre la posibilidad de que sí pueda haber una capacidad de control en más o menos ocasiones.

En el DSM-IV (2002), si bien es un manual de trastornos donde se evita hablar de enfermedad, los criterios diagnósticos para lo que ahí se llama dependencia de sustancias implican los ejes de la tolerancia, la abstinencia, la falta de control sobre el consumo de la sustancia y el girar los intereses de la persona en la búsqueda o consumo de la sustancia. Es decir, en él se sigue básicamente los lineamientos sobre el alcoholismo de Jellinek, aunque agregando un énfasis en el cambio de intereses del sujeto, y restando importancia a la tolerancia y abstinencia, ya que no son criterios indispensables de estar presentes. En esta definición parece estar implícito el concepto de enfermedad. Es decir, se observa una indefinición, pero implícitamente un apoyo a la idea de enfermedad. En las formulaciones del National Institute on Drug Abuse (NIDAI), por su parte, no hay ambigüedades a este respecto, definiéndose la adicción como una enfermedad del cerebro crónica, con recaídas frecuentes, similar a lo que podría ser el asma, la diabetes o la enfermedad cardíaca (Branch, 2011).

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