La ludopatía actualmente es considerada un “trastorno adictivo” por el DSM V, manual de los trastornos mentales más usado mundialmente. Consiste en un fuerte impulso a participar de juegos de azar o competencias, apostando dinero a sus resultados. Esta conducta tiene la característica de que logra afectar la vida de la persona en uno o más ámbitos, como lo son su vida familiar, su vida emocional, su vida económica, laboral o recreacional.
Una dificultad central a la hora de enfrentar este problema, es que la persona no se da clara cuenta de la dimensión que va adquiriendo en su vida. Por momentos puede tener conciencia de que tiene un problema e incluso reconocerlo frente a otros. Sin embargo, la mayor parte del tiempo sigue adelante con su conducta sin detenerse a pensar en las consecuencias negativas que se están produciendo.
Desde el punto de vista familiar este puede convertirse en un problema mayor. Las consecuencias económicas pueden llevar a una familia a perder parte importante de su capital acumulado durante años de esfuerzo. Junto con esto, se tienden a echar a perder las relaciones matrimoniales y filiales.
Por todo lo anterior, es la familia la que debiera consultar a un especialista para poder enfrentar el problema. Esta consulta se puede hacer inicialmente sin el miembro de la familia que tiene el problema de ludopatía. Al consultar, los familiares podrán diseñar una estrategia para enfrentar la situación de forma efectiva. Al contrario, si la familia espera que el potencial paciente consulte por su propia cuenta, normalmente será una espera en vano.
Para hacerse una idea mejor de cómo vive el ludópata su situación se puede leer la novela “El jugador” de Dostoievski. En ella el autor, ludópata, describe de manera magistral la forma de pensar y de sentir en este trastorno.