
En los últimos años se ha intentado hacer converger modelos centrados en los otros significativos con modelos principalmente orientados a la persona individual. De este esfuerzo surge una de las investigaciones más extensas y mejor llevadas a cabo: la del Community Reinforcement Approach (CRA) de Meyers, Miller y colaboradores (Miller & Meyers, 1999). El desarrollo de este tipo de intervención se basa en un modelo de intervención desarrollado por N.H.Azrin en 1973 (Azrin, 1976) mostrando una tasa de éxito superior a aproximaciones basadas en el modelo de enfermedad, o en el modelo de Minnesota, o en el modelo de los 12 pasos (Miller & Meyers, 1999). En este abordaje terapéutico se coloca el énfasis en proveer incentivos para la detención del consumo en lugar de entregar castigos por la continuación del consumo de sustancias. En este contexto, y con el objetivo de cambiar el estilo de vida del cliente, se utilizan diversas estrategias terapéuticas, como aumentar la motivación del cliente para detener el consumo, iniciar un período de prueba de sobriedad, realización de un análisis funcional de la conducta de consumo del cliente, el aumentar el refuerzo positivo, desarrollo de nuevas conductas de resolución de problemas e incluir a otros significativos en el proceso. Es decir, se utilizan instancias terapéuticas individuales y familiares. Este modelo de intervención también ha derivado en la posibilidad de agregar como un elemento relevante la terapia de familia unilateral. En esta última se trabaja con los miembros de la familia preocupados por el problema, sin la participación del consumidor problemático, con el fin de cambiar los refuerzos asociados al consumo de alcohol. Se ha visto que con este tipo de intervención se ha alcanzado un éxito del 64%, con un promedio de 4 a 5 sesiones (Miller et al, 1999). También desde el psicoanálisis se ha planteado la posibilidad de pensar una etapa de intervención inicial motivacional (Kreither & López, 2001), utilizando la noción de entrevistas preliminares de Lacan (Sinatra, 2004) y los conceptos de localización subjetiva y subjetivación de Miller (Miller, 1997). Desde esta perspectiva se propone que esta etapa que pudiera dar cabida, dentro de una lógica psicoanalítica, a la intervención de terceros y la puesta en marcha de un período inicial de abstinencia de prueba con el fin de que se lleve a cabo una primera toma de posición subjetiva con respecto al consumo adictivo (López, 2006).