
La intervención que se realiza está centrada en un trabajo terapéutico con los ‘otros significativos’, orientado a que ellos definan una posición a adoptar frente al problema y discutan y decidan el método que se utilizará para lograr entablar un diálogo abierto con el potencial paciente, que aumente las probabilidades de que acepte la ayuda. Se intenta definir, a partir de los recursos presentes en cada sistema particular, la mejor forma de afrontar el problema, adecuando flexiblemente los métodos a utilizar a la realidad de cada sistema (Garret et al, 1998). Es decir, el desarrollo que se ha producido en términos del modo de intervenir, habla de una intención de alcanzar un mejor empalme entre la demanda de parte de los terceros y la propia decisión del sujeto con el problema. Esto se relaciona con darle importancia a la forma en que se logra que el miembro con el problema tome la decisión de entrar, ya que se ha visto que esto influirá en la manera en que se desarrollará el tratamiento (Loneck, Garret & Banks, 1996). No sólo es relevante, entonces, el lograr que el sujeto decida entrar a tratamiento, sino también la forma en que ésta se ha producido (Landau, 2004). Esto lleva a que sea de gran relevancia el entender los procesos involucrados en esta etapa motivacional, ya que la forma en que se toma la decisión y los elementos subjetivos que involucró influirán en la futura evolución del tratamiento.