
Glover, por su parte, en 1928, plantea la adicción como una seudoperversión, en la cual el alcohol se convierte en un sustituto de la sexualidad. De esta forma, hasta ese momento, se mantiene cercano a los planteamientos de Rado. Sin embargo, en 1932 da un giro utilizando ahora la teoría de las relaciones de objeto con el fin de definir un mecanismo etiológico específico de las toxicomanías. Propone entender la toxicomanía como una variante privilegiada de lo que llama estados transicionales, que serían organizaciones del yo tempranas y polimorfas. En la toxicomanía habría una fijación a un sistema edípico transicional, ubicado entre los núcleos edípicos primitivos, que producen las angustias paranoides o melancólicas, y el núcleo edípico portador de las reacciones obsesivas más tardías. Los diferentes tipos de adicción a drogas representarían distintas variaciones en la estructura del yo primitivo y en los mecanismos empleados para controlar la excitación. La toxicomanía cumpliría la función de dominar las cargas sádicas. El estado transicional toxicómano sería intermediario entre la paranoia y la neurosis obsesiva. En esta concepción de Glover, la droga quedaría reducida a un objeto parcial. Dependiendo si predomina un aspecto sádico o un aspecto reparador, la adicción sería más nociva o inocua. Glover, entonces, relativiza la importancia del factor tóxico en sí mismo y señala la facilidad con la cual la dependencia a una sustancia adictiva puede desplazarse hacia un sustituto. Cualquier sustancia, en particular sustancias psíquicas, podrían funcionar como una droga, extendiendo la noción de droga a sustancias tóxicas intrapsíquicas como las que se puede encontrar en el discurso melancólico (López, 2003). De esta forma, en esta segunda concepción de Glover, el consumo adictivo de sustancias queda referido a una estructura psíquica pre-mórbida. El lugar privilegiado que ocupa la sustancia en la economía psíquica deja de asociarse a sus características químicas y a su capacidad de gratificación, haciéndose equivalente al del objeto fetiche.